INTRODUCCIÓN

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JOAQUÍN GÓMEZ CARRILLO, escritor de Cieza (Murcia), España. Es el autor del libro «Relatos Vulgares» (2004), así como de la novela «En un lugar de la memoria» (2006). Publica cuentos, poesías y relatos, en revistas literarias, como «La Sierpe y el Laúd», «Tras-Cieza», «La Puente», «La Cortesía», «El Ciezano Ausente», «San Bartolomé» o «El Anda». Es también coautor en los libros «El hilo invisible» (2012) y «El Melocotón en la Historia de Cieza» (2015). Participa como articulista en el periódico local semanal «El Mirador de Cieza» con el título genérico: «El Pico de la Atalaya». Publica en internet el «Palabrario ciezano y del esparto» (2010).

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12/6/16

El paro y la precariedad laboral

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Vista de la ciudad suiza de Bellinzona, capital administrativa del cantón del Ticino.
Esto es como el perro flaco, al cual todo le son pulgas. La precariedad en el trabajo tiene su lógica: cuando el empresario ha de ir detrás de los trabajadores, la cosa mejora para los asalariados; pero cuando los trabajadores tienen que ir detrás del empresario, la cosa no irá bien para ellos. Es decir, con tasas de paro del 5%, como en los Estados Unidos, o de un irrisorio 3%, como en Suiza, los empresarios se las ven y se las desean para encontrar trabajadores que saquen adelante su producción (del sector que sea), por tanto no pueden estar “desanchaos” con ellos ni pueden “maltratarlos” con contratos precarios y sueldos míseros. Lógico, pues se irían a otra empresa y santas pascuas. Pero, ¡ay!, con tasas de paro del veintitantantos por ciento, como tenemos en España, los empresarios están con las patas altas porque saben que siempre hay cola en la puerta (“¡si no te interesa, te vas, que tengo gente esperando!”, suelen decir de forma altanera, con chulería, cuando un trabajador o una trabajadora se atreven a pedirle algo que le corresponde por derecho. Y es verdad, siempre hay candidatos para ofrecerse por menos y aceptar peores condiciones laborales. Es la pura realidad.

Esto es el perro flaco: la puñetera tasa de paro; y la precariedad laboral son las pulgas. Miren, hay una máxima en economía que dice: “la moneda mala expulsa la buena”. Esto ocurría cuando el dinero se hacía de plata o con cierta cantidad de metal noble. Entonces, si el Banco de España, o el banco central de cualquier país, introducían monedas de otro metal de poco valor en la corriente monetaria, al cabo de un tiempo, las de plata desaparecían. Groso modo, y centrándonos en mercados de trabajo donde no se requiere apenas formación, como es el caso más patente de la agricultura, el trabajador que se ofrece por dos duros, “desplaza” al que pretende trabajar con unos mínimos derechos legales. Eso no hay que estar ciego para no verlo. El empresario que se puede apañar con cuatro magrebíes de esos que acampan miserablemente detrás del mercadona, que además durante el ramadán no paran ni a almorzar, para qué va a meter a un ciezano, que a lo mejor le va a pedir un salario decente, que quizá le va a pedir que lo dé de alta, y que posiblemente le va a pedir una jornada, no de cuarenta horas, que eso parece estar ya en la Ley como adorno, pero al menos con un horario razonable que le permita un descanso y la conciliación de la vida familiar.

Sin embargo ahí están los políticos y los sindicalistas, que salen mes a mes, cuando dan por la tele la tasa de paro, y sueltan su discurso manido (triunfante unos y derrotista otros, depende del lado que caiga la patata) y ya está; ellos, como tienen domiciliadas sus estupendas nóminas, que les “minchen ratas”. Siempre la misma cantinela: los unos, que abaratando las indemnizaciones por despido, los empresarios se van a volver locos contratando parados; y los otros emperrados en que si los despidos se mantienen caros, los empresarios se van a casar por la iglesia con sus obreros para mantenerse unidos para siempre. Mi abuela diría ‘¡pero qué necios!, si lo que hace falta para bajar el paro es que haya producción y que la producción se venda’. Solo esos dos objetivos son principales. Si un empresario cualquiera, del sector que sea, vende lo que produce, ello es estímulo suficiente para buscar más trabajadores y producir más. Aun así, al principio, habrá cola en la puerta; pero si son muchas las empresas que van bien (vendiendo lo que producen) y comienzan a disminuir los candidatos, los empresarios, por puro y legítimo afán de lucro, empezarán a pasar por el aro (legal) de las exigencias de los trabajadores.

De manera que no digo que no tenga que haber una regulación justa de las relaciones laborales entre empresarios y trabajadores, que por naturaleza nunca son “pacíficas” y cada cual va a reivindicar siempre sus intereses; lo que pretendo apuntar es que quienes tienen en su mano cierta capacidad de actuación sobre el mercado económico-laboral, se olvidan de los objetivos principales de cara al tejido empresarial, que es quien ha de proporcionar los puestos de trabajo: este debe estar en condiciones de producir, ofrecer al mercado productos innovadores y/o competitivos y venderlos. Una vez que esto se pone en marcha, comienza la “retroalimentación” del sistema: si hay más trabajadores trabajando y menos colas en las puertas de las empresas, habrá descendido la tasa de paro y mejorado las condiciones laborales. Esto, lógicamente, otorga más poder adquisitivo a la población, que estará dispuesta a comprar los productos que venden las empresas. Y no hay más castañas.
©Joaquín Gómez Carrillo
(Publicado el 11/06/2016 en el semanario de papel "EL MIRADOR DE CIEZA"

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Cuentos del Rincón

Cuentos del Rincón es un proyecto de libro de cuentecillos en el cual he rescatado narraciones antiguas que provenían de la viva voz de la gente, y que estaban en riesgo de desaparición. Éstas corresponden a aquel tiempo en que por las noches, en las casas junto al fuego, cuando aún no existía la distracción de la radio ni el entoncemiento de la televisión, había que llenar las horas con historietas y chascarrillos, muchos con un fin didáctico y moralizante, pero todos quizá para evadirse de la cruda realidad.
Les anticipo aquí ocho de estos humildes "Cuentos del Rincón", que yo he fijado con la palabra escrita y puesto nombres a sus personajes, pero cuyo espíritu pertenece sólo al viento de la cultura:
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* Tres mil reales tengo en un cañar
* Zuro o maúro
* El testamento de Morinio Artéllez
* El hermano rico y el hermano pobre
* El labrador y el tejero
* La vaca del cura Chiquito
* La madre de los costales
* El grajo viejo
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Frases para la reflexión:

"SE CREYÓ LIBRE COMO UN PÁJARO, Y LUEGO SE SINTIÓ ALICAÍDO PORQUE NO PODÍA VOLAR"

"SE LAMÍA TANTO SUS PROPIAS HERIDAS, QUE SE LAS AGRANDABA"

"SI ALGUIEN ES CAPAZ DE MORIR POR UN IDEAL, POSIBLEMENTE SEA CAPAZ DE MATAR POR ÉL"

"SONRÍE SIEMPRE, PUES NUNCA SABES EN QUÉ MOMENTO SE VAN A ENAMORAR DE TI"

"SI HOY TE CREES CAPAZ DE HACER ALGO BUENO, HAZLO"

"NO SABÍA QUE ERA IMPOSIBLE Y LO HIZO"

"NO HAY PEOR FRACASO QUE EL NO HABERLO INTENTADO"