INTRODUCCIÓN

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JOAQUÍN GÓMEZ CARRILLO, escritor de Cieza (Murcia), España. Es el autor del libro «Relatos Vulgares» (2004), así como de la novela «En un lugar de la memoria» (2006). Publica cuentos, poesías y relatos, en revistas literarias, como «La Sierpe y el Laúd», «Tras-Cieza», «La Puente», «La Cortesía», «El Ciezano Ausente», «San Bartolomé» o «El Anda». Es también coautor en los libros «El hilo invisible» (2012) y «El Melocotón en la Historia de Cieza» (2015). Participa como articulista en el periódico local semanal «El Mirador de Cieza» con el título genérico: «El Pico de la Atalaya». Publica en internet el «Palabrario ciezano y del esparto» (2010).

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16/1/22

Manantiales: El Borbotón

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Imagen del manantial del Borbotón, o Gorgotón, en la margen izquierda del Segura; en ella se aprecia la surgencia del agua entre unas peñas y, flanqueada por la vegetación, corre a unirse al caudal del río (fotografía de Joaquín Guardiola López)

Una de las surgencias de agua más singulares y famosas de Cieza es la del «Borbotón», o «Gorgotón». Los dos nombres son válidos, aunque vienen a definir distintas características de este importante manantial; la palabra «borbotón», sinónimo de «borbollón», alude a que el agua surge de forma vertical del fondo, del suelo de la cubeta natural, y, haciendo borbollones, se eleva más de un metro, hasta la superficie de dicha poza encajada entre rocas; mientras que el término «gorgotón», vendría del verbo «gorgotear», aplicable al ruido que produce dicho nacimiento de agua levantando y haciendo sonar los guijarros y las chinicas del fondo.

¿Dónde está este manantial, único en nuestro término de Cieza? Pues se encuentra, río abajo en su margen izquierda, a unos centenares de metros de la central hidroeléctrica de Los Almadenes, o lo que es lo mismo, de la salida del Cañón de Los Almadenes. ¿A qué se debe esa forma tan peculiar de surgir el agua hacia arriba por entre los cantos rodados del fondo? Pues para ello debemos dar una brevísima explicación geológica de la zona: El subsuelo profundo suele estar formado por estratos rocosos, por capas normalmente ondulantes de diversa composición mineral; estas capas algunas veces son impermeables y no dejan pasar fácilmente los líquidos, entonces se las llama «capas freáticas» por contener acumulaciones de agua. Pues bien, desde Calasparra hasta Jumilla, pasando por Cieza, hay una enorme zona profunda del subsuelo llamada por los geólogos «el Sinclinal de Calasparra», una inmensa capa freática en la que se acumulan varios pantanos de agua. Y, qué curioso, el Segura, en una buena parte de su recorrido, pasa por encima del mentado Sinclinal de Calasparra, al cual le transfiere filtraciones y lo mantiene pleno de recursos hídricos.

¿Qué relación tiene esto con el Borbotón? Muy sencillo, este es un manantial por el que, digamos, se «desborda» el Sinclinal de Calasparra. O sea que, el río le filtra agua a dicha gran capa freática subterránea y ésta mantiene un equilibrio perfecto devolviendo al río parte de esa agua. La naturaleza es sabia, si no se la trastoca o se la intenta modificar o explotar de forma abusiva, que fue lo que ocurrió al riquísimo acuífero que había bajo la Sierra de Ascoy cuando la NEASA (por los años sesenta sería) empezó a hacer perforaciones y a sacar el agua de las profundidades a lo bestia para una actividad agrícola insostenible, que se extendía desde el límite del término municipal con Jumilla hasta el de Calasparra, riegos todos por el sistema antiguo de inundación de los bancales, ya que no se había inventado el «güevo de Colón» del gotero.

El manantial del Borbotón, o Gorgotón, se encuentra en la actualidad casi en el lecho del propio río Segura: su agua surge entre unas peñas y, por un corto canal flanqueado de vegetación, se une directamente al caudal del río. Aunque bastantes décadas o siglos atrás, dicha agua podía ser recogida y utilizada para el riego de ciertas tierras de cultivo situadas en el soto de la ribera izquierda. Se habla incluso de una comunidad de frailes que habitaban una casona del paraje, los cuales habían aprovechado esta agua del Borbotón para su pobre beneficio de la comunidad religiosa. Mas el río, con el tiempo ha ido comiendo (nada come más que la orilla del río, como se suele decir) hasta dejar el Borbotón prácticamente dentro de su cauce.

Hoy en día es muy fácil llegar al mentado manantial; sólo hay que descender la ladera de la margen derecha del río, un poco más arriba del «Centro de Interpretación del Cañón de Alamadenes», cruzar por un puentecillo el cauce de obra de la Acequia de Don Gonzalo, la que nace justo a la salida de las turbinas del salto hidroélectrico, y, por un senderito entre el bosquecillo de ribera, llegar a la pasarela de hierro sobre el Segura, atravesarla, penetrar bajo unos arbustos enzarzados y pinchosos (¡ojo!), y, ¡voilà!, aparece el maravilloso Borbotón. Hay quien va diciendo que su agua es termal, que nace caliente; nada de eso. El agua, como hemos dicho, surge de las entrañas profundas de la tierra, por tanto sale tibia, máxime si vamos en invierno: por la simple diferencia de temperatura nos parece levemente caliente; si es verano, pues más bien no.

¿Qué ocurre en periodos de sequía y de gran necesidad de agua para regadíos, atendiendo al hecho de que el Segura es un río sobreexplotado? Pues la Confederación Hidrográfica del Segura ha previsto los llamados «pozos de sequía», profundas perforaciones hasta la capa freática del mencionado Sinclinal de Calasparra, que hemos dicho que en esa zona se halla bajo el mismo río. (Un poco más arriba de la central, y junto al camino de Los Losares, hay uno de esos pozos.) Cuando los técnicos lo creen conveniente, ponen en marcha el bombeo y empiezan a extraer agua como locos de ese inmenso lago subterráneo para verterla al caudal del río; entonces, como las bombas de dicho pozo arrojan el agua por un barranco abajo entre pinatos y enebros, se forman las llamadas «pozas» y la gente sube a bañarse en esa agua recién sacada del subsuelo profundo. Algunas veces a los técnicos se les va la mano, baja más de la cuenta el nivel freático del sinclinal y entonces, ¡qué pena!, deja de manar el Borbotón (a eso me refería con lo de manipular la naturaleza rompiendo su equilibrio).

Hace bastantes décadas, en el tiempo de nuestras abuelas, no era tan fácil llegar al manantial si uno iba por el lado del Salto de Almadenes (esta central se inauguró en el año 1925, con presencia del rey Alfonso XIII y un montón de peces gordos, que se pusieron como quicos en el ágape preparado al efecto en la mismísima sala de máquinas), pues lo de la actual pasarela metálica sobre el río es cosa más moderna. Por entonces, lo que había era una «cuna», una especie de cesta de hierro que colgaba de unos cables de acero; esa cuna estaba donde hemos dicho que nace la Acequia de Don Gonzalo, junto a la salida de las aguas de la central. Y, pásmense, cuando el río y las acequias bajaban turbios, del color del chocolate, que solía ocurrir mucho en otoño o primavera, cuando había tormentas en la parte alta de la cuenca, algunas mujeres (eso lo contaba mi abuela Teresa) de las casas del Ginete, de la Torre o de La Veredilla, pasaban la cuna con los líos de ropa y demás cachirulos para hacer el lavote en las aguas limpias y tibias del Borbotón.

©Joaquín Gómez Carrillo

 

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Cuentos del Rincón es un proyecto de libro de cuentecillos en el cual he rescatado narraciones antiguas que provenían de la viva voz de la gente, y que estaban en riesgo de desaparición. Éstas corresponden a aquel tiempo en que por las noches, en las casas junto al fuego, cuando aún no existía la distracción de la radio ni el entoncemiento de la televisión, había que llenar las horas con historietas y chascarrillos, muchos con un fin didáctico y moralizante, pero todos quizá para evadirse de la cruda realidad.
Les anticipo aquí ocho de estos humildes "Cuentos del Rincón", que yo he fijado con la palabra escrita y puesto nombres a sus personajes, pero cuyo espíritu pertenece sólo al viento de la cultura:
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* Tres mil reales tengo en un cañar
* Zuro o maúro
* El testamento de Morinio Artéllez
* El hermano rico y el hermano pobre
* El labrador y el tejero
* La vaca del cura Chiquito
* La madre de los costales
* El grajo viejo
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Frases para la reflexión:

"SE CREYÓ LIBRE COMO UN PÁJARO, Y LUEGO SE SINTIÓ ALICAÍDO PORQUE NO PODÍA VOLAR"

"SE LAMÍA TANTO SUS PROPIAS HERIDAS, QUE SE LAS AGRANDABA"

"SI ALGUIEN ES CAPAZ DE MORIR POR UN IDEAL, POSIBLEMENTE SEA CAPAZ DE MATAR POR ÉL"

"SONRÍE SIEMPRE, PUES NUNCA SABES EN QUÉ MOMENTO SE VAN A ENAMORAR DE TI"

"SI HOY TE CREES CAPAZ DE HACER ALGO BUENO, HAZLO"

"NO SABÍA QUE ERA IMPOSIBLE Y LO HIZO"

"NO HAY PEOR FRACASO QUE EL NO HABERLO INTENTADO"