INTRODUCCIÓN

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JOAQUÍN GÓMEZ CARRILLO, escritor de Cieza (Murcia), España. Es el autor del libro «Relatos Vulgares» (2004), así como de la novela «En un lugar de la memoria» (2006). Publica cuentos, poesías y relatos, en revistas literarias, como «La Sierpe y el Laúd», «Tras-Cieza», «La Puente», «La Cortesía», «El Ciezano Ausente», «San Bartolomé» o «El Anda». Es también coautor en los libros «El hilo invisible» (2012) y «El Melocotón en la Historia de Cieza» (2015). Participa como articulista en el periódico local semanal «El Mirador de Cieza» con el título genérico: «El Pico de la Atalaya». Publica en internet el «Palabrario ciezano y del esparto» (2010).

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26/11/11

¡Por fin, la Manzana del Cocodrilo!

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Manzana del Cocodrilo, devorada al fin por las máquinas
Estos días estamos asistiendo a un acontecimiento histórico en el urbanismo de Cieza: la demolición de la vieja manzana del Cocodrilo. ¡Cuánta gente se habrá muerto en el pueblo con las ganas de ver realizarse el antiguo proyecto de prolongar el Paseo! Y cuántas veces se habrá dicho (yo lo he oído bastantes): “¡hasta que no haya un alcalde con narices en este pueblo, no van a tirar esas casas y sacar un paseo hermoso desde la Esquina del Convento hasta San Juan Bosco!” Pues bien, ha llegado el momento. Dicen que todos los tiempos llegan, y qué verdad que es...

En el primer cuarto del siglo XX, o sea, hace ya la friolera de noventa o cien años, el pueblo llegaba a la Calle Mesones (que era por donde pasaba la carretera de Madrid a Cartagena), y poco más. Existía, eso sí, el Paseo de Marín Barnuevo, y unas callecicas estrechas perpendiculares a éste en mitad de los bancales de oliveras: una avanzadilla del casco urbano. Estas calles eran las actuales Padre Salmerón, Santa Gertrudis, Prim y Espartero, aunque no en toda su longitud que tienen ahora. Bien, pues por entonces se mandó hacer un plan general urbano para que Cieza creciera de manera ordenada. Yo tengo una copia del plano del ingeniero de caminos Diego Templado Martínez, de 1924, y es una maravilla el ver cómo se elaboró entonces una retícula urbanística perfecta que ensamblaba con lo ya construido como un guante se ajusta a los dedos de una mano.

Donde sólo había olivares regados por los manantiales de la Fuente del Ojo, este ingeniero fue trazando calles, plazas y avenidas hasta el actual San Juan Bosco. (Una reguera de agua, ¡todavía en 1924!, cruzaba en diagonal el espacio que ahora es la Plaza de España y llegaba hasta el huerto de las Monjas Claras). Aquel trazado urbano conformó Cieza tal y como es en la actualidad, salvo los nuevos polígonos de reciente construcción, como el de la Ermita o el de la Piscina. Sólo quedó una callecita insignificante, que ya existía entonces y aún hoy se puede ver, rompiendo las cuadrículas hechas con tiralíneas por la mano de  Diego Templado: se trata de la calle Ello, que arrancaba de la cola del Paseo de Marín Barnuevo y, dejando a un lado la primitiva plaza de toros, era el inicio del llamado “Camino de Alicante.”

Pues bien, en aquel plan urbanístico, que ya previó la hermosa Plaza de España y el Mercado de Abastos, o el Parque, con sus extensos jardines y su arbolado, el cual ha ido desapareciendo poco a poco, comido por las sucesivas construcciones, hasta no quedar de él casi nada, y previó la Gran Vía, abierta en abril de  1936, expropiando parte de la Tejera de Sánchez, y ajardinada con parterres a primeros de los cincuenta, o la Avenida Juan XXIII, también se contemplaba en él –digo– la prolongación del Paseo como un eje principal del pueblo. Pero a diferencia de lo ocurrido en las calles, Buen Suceso y Reyes Católicos, que para su construcción hubieron de hundirse varias casas de las referidas callecitas anteriores al Plan (yo, siendo pequeñico, cuando me llevaba mi abuelo de la mano a ver a su madre, la Roja del Madroñal, que vivía con su hija Manuela frente a la antigua taberna del Bullas, me acuerdo que cruzábamos por un pasadizo estrecho por el que a penas cabía una burra sin el serón), a diferencia, repito, no se tocaron las casitas que “taponaban” la continuidad del Paseo, pues además estaba el Cine Galindo, construido sobre la primitiva plaza de toros, el cual tampoco se encajaba bien en el trazado rectilíneo del “ensanche”.

Luego, ya saben ustedes: Se construyó el Paseo de Camacho en la Avenida de Italia, se retiró la Estación de Servicio Galindo de la actual Plaza de las Cortes, se demolió el Teatro Galindo y se organizó sin mucha visión de futuro la Avenida Jiménez Castellanos –lo digo por la plantación que se hizo de pinos y oliveras, que a todas luces iban a dificultar la ampliación de los viales, so pena de talarlos y arrancarlos como se ha tenido que hacer ahora. (De esta avenida recuerdo una anécdota chocante: en vísperas de unas elecciones municipales se colocaron las farolas, para que vieran los votantes cómo se preocupaban por el barrio los gobernantes municipales, y en vísperas de las siguientes, cuatro años después, se les dio luz, sin duda para que los votantes pudieran ver con más claridad cómo se seguían preocupando por el barrio los mismos gobernantes). Y recientemente, como ustedes también saben, se retiró la chimenea de hierro de San Juan Bosco, que nunca debió de haberse puesto allí (al respecto pueden leer mi artículo “El hacer y el deshacer dan de comer”, de fecha 13/11/2010).

Mas ahora que por fin se va a hacer realidad el sueño de aquel ilustre ingeniero de caminos de los años veinte y el eje de los paseos se va a convertir en una espléndida arteria urbana de Cieza, traigo a la memoria con un poquito de nostalgia la que fuera la “Librería de la Nati”. ¿Se acuerdan ustedes?, un local minúsculo con el mostrador de madera, a donde íbamos a comprar algún lápiz, algún borra o un cuaderno “Discóbolo” para el dibujo. Ella entonces nos despachaba sin mucho entusiasmo –“¡a ver, nene!, ¿tú qué quieres?”, decía, como si los chitos le cayéramos algo molestos–, mientras que el marido (“el Tío Chalas”), gordo como un tonel, solía sentarse a la puerta en un sillón de mimbre.
©Joaquín Gómez Carrillo
(Publicado el 26/11/2011 en el semanario de papel "El Mirador de Cieza")
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(Ver artículos anteriores de "El Pico de la Atalaya")

5 comentarios:

  1. La librería de la Nati ha desaparecido hoy día uno de diciembre del año dos mil once.
    Hizo a tiempo la foto.

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  2. Joaquín, le pregunté hace meses si fue de La Sierpe y el Laúd y me dijo que sí. Yo soy una seguidora de este grupo y hace tiempo que acudo a sus actos y a ud. no lo veo.¿Pasó algo entre ustedes?
    Me parece que una, y más si se dice o atoproclama escritor/a, debería estar donde la literatura se hace y se practica, y a ud., que le sigo en el Miarador y en este Blog, no lo veo en los actos de La Sierpe y el laúd.
    El otro día, en la Presentación del Nº 7 de Acanto, le volvi a echar de menos, y por cierto, fue magnifica.

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  3. Estimada anónima, me alegro de que, además de ser seguidora del colectivo literario "La Sierpe y el Laúd", también me siga a mí (literariamente hablando) en el Mirador y en este blog.
    Mire, yo soy una persona humilde, y me "autoproclamo" escritor como me podía definir carpintero, agricultor o funcionario, sin más pretensiones. Luego, de la calidad de los oficios hablarán aquellos que reciban el servicio, en este caso me calificarán quienes me lean.
    Yo, la literatura, la hago en mi casa (leo y escribo), y la practico a través de los medios a mi alcance. Y de vez en cuando sí que he ido a algún acto literario, ¿cómo no me va a interesar todo lo que se publique en mi pueblo? Pero uno entiende su libertad de esa manera.
    Gracias por su amable comentario y espero que, ya que usted me conoce y yo no le conozco, se me presente algún día.

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  4. Gracias por su amable respuesta, pero aunque respeto su manera de entender su vida como escritor, no la comparto. Si las gentes que amamos la literatura, y a nuestro pueblo, no acudimos a respaldar con nuestra presencia los escasos actos de esta naturaleza que se dan en Cieza, no me parece que una sea consecuente con lo que dice o, en su caso, escribe.
    Yo hace tiempo que regularmente acudo a las actividades literarias que se hacen en Cieza, así como sigo las aportaciones literarias que se dan en los medios locales, por eso le sigo, y concretamente me parece un lujo que gente de La Sierpe y el Laúd hagan literatura desde Cieza.
    Por último, deseo seguir en el anonimato aunque si algún día sale de su urna de cristal y acude a los actos, a lo mejor me presento. Una es algo tímida.

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  5. Estimada anónima, me parece muy loable el que acuda "a todas las actividades literarias que se hacen en Cieza" (creo que se refiere a actos de presentación de obras u otras reuniones relacionadas con la literatura). Perfecto. Yo hago actividades literarias: estos días atrás acabé mi última novela. Pero no tengo "vida como escritor", ¡qué más quisiera yo...! Aunque sí me siento libre para acudir a los actos que me apetece. Y si de verdad usted asiste a "todos", tendrá que haberme visto más de una vez, aunque no suelo estar en las primeras filas, pues uno también es tímido.
    Yo, como usted, creo que es motivo de orgullo el poder contar en Cieza con un colectivo literario como La Sierpe y el Laúd. A mí, siempre que han buscado mi humilde colaboración, me han tenido; de hecho, como puede ver, inserto en mi página la portada de una de sus publicaciones en las que he participado con mucho gusto.
    Por último he de responderle que no tengo "urna de crista": a mi trabajo acudo, con mi dinero pago..., etc. Y, desde luego, me halaga el tener lectoras tan críticas como usted.
    Reciba un cordial saludo.

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Cuentos del Rincón es un proyecto de libro de cuentecillos en el cual he rescatado narraciones antiguas que provenían de la viva voz de la gente, y que estaban en riesgo de desaparición. Éstas corresponden a aquel tiempo en que por las noches, en las casas junto al fuego, cuando aún no existía la distracción de la radio ni el entoncemiento de la televisión, había que llenar las horas con historietas y chascarrillos, muchos con un fin didáctico y moralizante, pero todos quizá para evadirse de la cruda realidad.
Les anticipo aquí ocho de estos humildes "Cuentos del Rincón", que yo he fijado con la palabra escrita y puesto nombres a sus personajes, pero cuyo espíritu pertenece sólo al viento de la cultura:
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* Tres mil reales tengo en un cañar
* Zuro o maúro
* El testamento de Morinio Artéllez
* El hermano rico y el hermano pobre
* El labrador y el tejero
* La vaca del cura Chiquito
* La madre de los costales
* El grajo viejo
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Frases para la reflexión:

"SE CREYÓ LIBRE COMO UN PÁJARO, Y LUEGO SE SINTIÓ ALICAÍDO PORQUE NO PODÍA VOLAR"

"SE LAMÍA TANTO SUS PROPIAS HERIDAS, QUE SE LAS AGRANDABA"

"SI ALGUIEN ES CAPAZ DE MORIR POR UN IDEAL, POSIBLEMENTE SEA CAPAZ DE MATAR POR ÉL"

"SONRÍE SIEMPRE, PUES NUNCA SABES EN QUÉ MOMENTO SE VAN A ENAMORAR DE TI"

"SI HOY TE CREES CAPAZ DE HACER ALGO BUENO, HAZLO"

"NO SABÍA QUE ERA IMPOSIBLE Y LO HIZO"

"NO HAY PEOR FRACASO QUE EL NO HABERLO INTENTADO"