INTRODUCCIÓN

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JOAQUÍN GÓMEZ CARRILLO, escritor de Cieza (Murcia), España. Es el autor del libro «Relatos Vulgares» (2004), así como de la novela «En un lugar de la memoria» (2006). Publica cuentos, poesías y relatos, en revistas literarias, como «La Sierpe y el Laúd», «Tras-Cieza», «La Puente», «La Cortesía», «El Ciezano Ausente», «San Bartolomé» o «El Anda». Es también coautor en los libros «El hilo invisible» (2012) y «El Melocotón en la Historia de Cieza» (2015). Participa como articulista en el periódico local semanal «El Mirador de Cieza» con el título genérico: «El Pico de la Atalaya». Publica en internet el «Palabrario ciezano y del esparto» (2010).

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3/12/11

Tumbas ricas, tumbas pobres

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Cementerio de Cieza
Una nueva empresa de turismo, “Tour Cieza”, creada por Yolanda Riquelme, incluye en su agenda visitas guiadas al Cementerio. Un acierto, pues la vida y la muerte se hayan tan ligadas y son tan consustanciales al ser humano, perecedero por necesidad, que el observar dónde reposan hoy los que están en el otro barrio, nos ayudará a entender qué pensaban ayer cuando estaban en éste. Visitando la villa de los muertos, comprenderemos mejor la ciudad de los vivos.

Naturalmente, esto hay que hacerlo con miramiento, como cuando se pisa la losa de los templos, ya que no hay nada más respetable en este mundo que las creencias individuales en lo sagrado; pues aquí no se trata del folclore seudoreligioso con que los pueblos jalean a sus santos por la calle, sino del asidero último del espíritu cuando no encuentra nada a qué agarrarse ante el abismo insondable de la muerte.

Miren, una vez, en Covadonga, me acerqué a visitar la “Cueva de la Santina”, donde está el sepulcro de Don Pelayo, del que se cuenta que comenzó a echar a los moros espada en mano, iniciando una reconquista que duraría 800 años (por eso dicen los asturianos que “sólo Asturias es España, y lo demás es tierra conquistada”); pues bien, tuve que volverme: allí la fe se palpaba en el ambiente, allí las personas entraban de rodillas por Dios sabe qué tribulaciones interiores; entonces, por respeto, me aparté en silencio y me fui con la cámara de fotos para otro lado).

Ahora el turismo lo anda todo. Nos gusta viajar de una parte a otra, ver cualquier cosa, sentir todas las sensaciones y conocer todos los lugares, y ya no dejamos en paz ni los camposantos. Este verano, Mari y yo estuvimos en Comillas, uno de los pueblos más señoriales del norte de España, que ya conocíamos, pero que siempre nos gusta visitar, y, tuve la ocurrencia de subir al cementerio; éste se halla en un promontorio desde donde se divisa a un lado el siempre fascinante Mar Cantábrico, y al otro, con el majestuoso telón de fondo de los Picos de Europa, se pueden contemplar la Universidad Pontificia, el Capricho de Gaudí o el Palacio de Sobrellano, que el primer Marqués de Comillas, un indiano opulento, hizo construir para que veranease en él su amigo el Rey Alfonso XII. Si les digo la verdad, me salí a toda prisa del recinto; sólo tomé una foto desde afuera del imponente Ángel Exterminador que lo custodia, y huí de la bulla de tanto turista pululando entre las tumbas y haciendo fotografías con los móviles como si de los puestos de un mercadillo se tratara.

Pero ya dije al principio que no me parece mal la fórmula turística de hacer visitas guiadas por el “casco antiguo” de nuestro Cementerio. La parte moderna tiene menos interés, desde luego, pues está exenta de esa ranciedad de los viejos panteones de los señoritos. La parte nueva y su ensanche, “urbanizado” con buen aprovechamiento, de donde saca unas perricas el Obispado (ya saben ustedes que a diferencia de otros pueblos, aquí la cosa del cementerio no la gestiona el Ayuntamiento, sino la Iglesia), no tienen eso que a los vivos de ahora nos puede llama tanto la atención: la pretendida diferencia entre muertos ricos y muertos pobres de antes.

El cementerio primitivo de Cieza, como muchos de ustedes ya lo sabrán, se hallaba justo donde se levanta en la actualidad el Colegio Público Cristo del Consuelo, solar municipal, una vez desacralizado, que utilizaron a principios de los treinta del pasado siglo para construir el conocido “Grupo Escolar”. Yo poseo una copia del plano más antiguo de Cieza que se conoce, del siglo XIX, en el cual aparece aquel camposanto junto a un camino que subía por lo que ahora es la Calle Santiago en dirección a la Fuente del Ojo. Y en otro plano de Cieza posterior, ya de 1924, del ingeniero de caminos Diego Templado Martínez (aún no habían empezado a construir el colegio), pone “Cementerio Viejo” en dicho lugar, pues seguramente ya habían trasladado al nuevo los muertos más ilustres, los de las familias más pudientes, o los más frescos. (No obstante, alguien me ha contado que allá por los años de la República, jugando los alumnos por los patios de recreo de dicho centro, hallaban de vez en cuando alguna falange esturreada y le daban con el pie).

Básicamente, lo que tiene de interesante el Cementerio, y que Yolanda Riquelme, titulada en turismo y conocedora como el primero de las peculiaridades de nuestro pueblo, podrá explicar divinamente, es el poder darse uno cuenta del esfuerzo de aquellas familias de caciques y “señoritos de cuna”, con apellidos pretendidamente alcurniosos, por destacar aún en el reino de las tumbas. ‘¿Quién dijo que todos somos iguales ante la muerte?’ –pensarían los pobres ricos de aquella sociedad clasista, cuando cercanos a los nichos de casas baratas con los nombres escritos a lápiz sobre el yeso, erigían sus modestos mausoleos.

Pero hay un sepulcro que me llama la atención cuando rara vez voy por allí; está frente al fastuoso panteón de los “Señores de Cox y la Condomina”, y se trata del monumento funerario a las cuatro víctimas inocentes del asalto a la Cárcel en 1936. La tumba, como es natural, fue politizada tras la Guerra y está impregnada de aquella simbología caduca. A su cabecera, esculpidas en piedra, hay dos estatuas de mujer: la una, de pie, supuestamente con uniforme de la Sección Femenina, deposita rosas con una mano mientras que mantiene el rostro sereno y la mirada alta, hacia un futuro en paz –creo–; la otra, de rodillas, con los cabellos desmadejados, llora doblada por la pena y se cubre la cara con las manos, afrentada –pienso– por la ignominia.
©Joaquín Gómez Carrillo
(Publicado el 03/12/2011 en el semanario de papel "El Mirador de Cieza")
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(Ver artículos anteriores de "El Pico de la Atalaya")

3 comentarios:

  1. Vaya, interesante noticia no sabia lo del colegio, nunca me lo habria imaginado

    Buen trabajo ;)

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  2. Gracias Patricia. En realidad siempre es interesante conocer cómo era Cieza hace muchos años y el hacernos una idea de cuál era el paisaje urbano que contemplaron nuestros abuelos.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. De nada Joaquín, siempre es bueno saber cosas de tu pueblo que ni las imaginas

    Un saludo.

    ResponderEliminar

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Cuentos del Rincón

Cuentos del Rincón es un proyecto de libro de cuentecillos en el cual he rescatado narraciones antiguas que provenían de la viva voz de la gente, y que estaban en riesgo de desaparición. Éstas corresponden a aquel tiempo en que por las noches, en las casas junto al fuego, cuando aún no existía la distracción de la radio ni el entoncemiento de la televisión, había que llenar las horas con historietas y chascarrillos, muchos con un fin didáctico y moralizante, pero todos quizá para evadirse de la cruda realidad.
Les anticipo aquí ocho de estos humildes "Cuentos del Rincón", que yo he fijado con la palabra escrita y puesto nombres a sus personajes, pero cuyo espíritu pertenece sólo al viento de la cultura:
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* Tres mil reales tengo en un cañar
* Zuro o maúro
* El testamento de Morinio Artéllez
* El hermano rico y el hermano pobre
* El labrador y el tejero
* La vaca del cura Chiquito
* La madre de los costales
* El grajo viejo
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Frases para la reflexión:

"SE CREYÓ LIBRE COMO UN PÁJARO, Y LUEGO SE SINTIÓ ALICAÍDO PORQUE NO PODÍA VOLAR"

"SE LAMÍA TANTO SUS PROPIAS HERIDAS, QUE SE LAS AGRANDABA"

"SI ALGUIEN ES CAPAZ DE MORIR POR UN IDEAL, POSIBLEMENTE SEA CAPAZ DE MATAR POR ÉL"

"SONRÍE SIEMPRE, PUES NUNCA SABES EN QUÉ MOMENTO SE VAN A ENAMORAR DE TI"

"SI HOY TE CREES CAPAZ DE HACER ALGO BUENO, HAZLO"

"NO SABÍA QUE ERA IMPOSIBLE Y LO HIZO"

"NO HAY PEOR FRACASO QUE EL NO HABERLO INTENTADO"