INTRODUCCIÓN

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JOAQUÍN GÓMEZ CARRILLO, escritor de Cieza (Murcia), España. Es el autor del libro «Relatos Vulgares» (2004), así como de la novela «En un lugar de la memoria» (2006). Publica cuentos, poesías y relatos, en revistas literarias, como «La Sierpe y el Laúd», «Tras-Cieza», «La Puente», «La Cortesía», «El Ciezano Ausente», «San Bartolomé» o «El Anda». Es también coautor en los libros «El hilo invisible» (2012) y «El Melocotón en la Historia de Cieza» (2015). Participa como articulista en el periódico local semanal «El Mirador de Cieza» con el título genérico: «El Pico de la Atalaya». Publica en internet el «Palabrario ciezano y del esparto» (2010).

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9/2/02

La casetica del Salva

Ya ha echado flores el almendrico de San Juan Bosco. Todos los años, por estas fechas, los almendros, emisarios de lujo de la primavera, visten sus mejores galas en una explosión maravillosa de sus corolas. Yo, que de forma habitual paso por allí (¡mira!, me digo mentalmente, ya está en flor otro años más el almendro de la iglesia), presenciándolo barrunto con una soterrada alegría la llegada del buen tiempo.
Pero así como el almendro, asomando sus ramas florecidas por encima de la verja, me anuncia el ineludible porvenir, el lugar mismo, la puerta, el atrio y hasta el caminar por la propia acera, me provocan el recuerdo querido. Aquí estaba, pienso un instante, la casetica del Salva, donde muchos de mis compañeros compraron (a mí, afortunadamente, siempre me pudo el humo) sus primeros ducados. La caseta del Salva, en cuyos alrededores tantas veces deambulamos, o quedamos para ir a jugar un partido de fútbol a los Caballones, era, en su arquitectura, como las demás que había en el pueblo: las dos de la Plaza de España, las dos del Paseo, la de Correos, la del Parque, la de la Cárcel y la de la Plaza de los Toros. Pero ésta (por cierto, ¿qué habrá sido del Salva?, recuerdo que el pobre tenía una tara física que no puedo ahora precisar), tan ligada, por su emplazamiento junto al Instituto, al alumnado de entonces, ocupaba uno de los vértices de encuentro estudiantil, que, simplificando, eran tres: el Instituto mismo (sólo había uno y se llamaba “Laboral”, al que venían también alumnos de Abarán y de Blanca), la iglesia, formando parte del conjunto arquitectónico (iba a ser la capilla del Colegio Salesiano de Artes y Oficios, en honor a su patrón y fundador de la Orden San Juan Bosco), y cuyo párroco y profesor nuestro tuvo siempre la virtud de hacernos sentir allí como en nuestra casa (cuántos nombres se me vienen en este momento a la boca; pero no, algunos de aquellos son ya gente importante en la sociedad y podría parecer que busco notoriedad a través del recuerdo, cuando a todos nos igualaba todo), y, cerrando el triángulo, la Casetica del Salva (ahora caigo en que le vi, asido a un andador, en la Residencia de Ancianos hace algunos años), cuya ausencia siento presente al pasar siempre por la acera.
Era un tiempo aquél, el de la memoria, en que todo, como nosotros mismos, se hallaba inconcluso. Entonces no había verja ni árboles en el atrio San Juan Bosco, no estaba edificada la parte del Instituto adyacente con el templo y toda la urbanización de la zona se encontraba a medio, entre oliveras, almacenes desangelados y campos de hiladores. No había asfalto en ninguna de las calles a partir de la Gran Vía, lo cual, con las lluvias, convertía en un tremendo barrizal Juan XXIII, Salzillo y Avenida de Italia, entre otras.
Por entonces llegaba el Hombre a la Luna (muchos de los viejos, aun viéndolo, borrosamente en blanco y negro, no lo pasaron a creer), descubrieron las pinturas Rupestres del Barranco de los Grajos (¡diez mil años conservadas!, y casi destruidas en una década) y vaciaron las tumbas del cementerio moro de la Atalaya (amenaza todavía mis sueños la imagen de un fémur rodando por el terraplén), cuyos restos, llevaban siglos mirando hacia la Meca.
Luego los cambios, imparables y legítimos, fueron arrasando con todo: primero fue la unificación del patio de recreo (antes permanecíamos separados por sexos y el conserje vigilaba para que nadie traspasara la frontera de lo prohibido), luego el asesinato de Carrero Blanco (el profesor de F.E.N., en todo su papel, nos lo anunció: “señores –habitualmente nos decía ‘nenes’–, han asesinado al Presidente del Gobierno”, y no tuvimos clase aquel día). Pero para entonces ya habíamos dejado de jugar en aquel proyecto de construcción en ruinas que abandonaron los Padres Salesianos contiguo al patio de la iglesia, tan atrayente, y al que accedíamos a través de un boquete en el muro de piedra. Mas por encima de todo estaba, y sigue estando, la magia de las estaciones y del volver siempre a lo mismo: las primaveras, los veranos, el amarillor otoñal de las hojas y la explosión cromática de las flores. (...Ah, Sofía de la naturaleza y de los ciclos, / cómo Dios ha querido / que todo, todo, tenga su ritmo) .

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Cuentos del Rincón

Cuentos del Rincón es un proyecto de libro de cuentecillos en el cual he rescatado narraciones antiguas que provenían de la viva voz de la gente, y que estaban en riesgo de desaparición. Éstas corresponden a aquel tiempo en que por las noches, en las casas junto al fuego, cuando aún no existía la distracción de la radio ni el entoncemiento de la televisión, había que llenar las horas con historietas y chascarrillos, muchos con un fin didáctico y moralizante, pero todos quizá para evadirse de la cruda realidad.
Les anticipo aquí ocho de estos humildes "Cuentos del Rincón", que yo he fijado con la palabra escrita y puesto nombres a sus personajes, pero cuyo espíritu pertenece sólo al viento de la cultura:
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* Tres mil reales tengo en un cañar
* Zuro o maúro
* El testamento de Morinio Artéllez
* El hermano rico y el hermano pobre
* El labrador y el tejero
* La vaca del cura Chiquito
* La madre de los costales
* El grajo viejo
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Frases para la reflexión:

"SE CREYÓ LIBRE COMO UN PÁJARO, Y LUEGO SE SINTIÓ ALICAÍDO PORQUE NO PODÍA VOLAR"

"SE LAMÍA TANTO SUS PROPIAS HERIDAS, QUE SE LAS AGRANDABA"

"SI ALGUIEN ES CAPAZ DE MORIR POR UN IDEAL, POSIBLEMENTE SEA CAPAZ DE MATAR POR ÉL"

"SONRÍE SIEMPRE, PUES NUNCA SABES EN QUÉ MOMENTO SE VAN A ENAMORAR DE TI"

"SI HOY TE CREES CAPAZ DE HACER ALGO BUENO, HAZLO"

"NO SABÍA QUE ERA IMPOSIBLE Y LO HIZO"

"NO HAY PEOR FRACASO QUE EL NO HABERLO INTENTADO"