Los Almadenes

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Central eléctrica de los Almadenes

Entre los lugares que podemos enseñar con cierto orgullo a aquellas personas que vengan a Cieza, sin duda están Los Almadenes, hasta hoy, mañana no sabemos. Pues para “tocar” o “retocar” la propia naturaleza hay que poseer cierta sensibilidad, hay que tener amor a su tierra de uno y al patrimonio natural de su pueblo, y saber diseñar las actuaciones a realizar con sabiduría, con mesura y hasta con unción. (Juan Ramón Jiménez decía de Rafael que pintaba la Gloria de rodillas; no sé si me entienden).

Un ejemplo claro de cómo no se deben hacer las cosas es el del “acondicionamiento” de parte de la Cueva del Puerto (Calasparra). ¡Qué desastre; varios millones de años formándose esa majestuosa caverna para llegar a esto...! ¿Es que esos técnicos tan listos no habían visitado antes una cueva? Por ejemplo, las de Puente Viesgo en Cantabria, donde no se ve una luz eléctrica ni un cable, ni cemento por ninguna parte..., claro que a lo mejor hace cuarenta o cincuenta años hacían las cosas con más cuidado.

Les digo esto porque dependiendo de cómo se meta mano en ese entorno tan maravilloso, que es toda el área de Los Almadenes, puede correrse el riesgo de que en adelante ya nada sea igual a lo que fue.

A principios de los veinte (entre 1920 y 1923) se llevó a cabo la mayor de las actuaciones sobre el Cañón para aprovechamiento de la energía hidraulica del río. Fue una obra ingente, máxime si se tiene en cuenta los escasos medios técnicos que se poseía entonces. En la parte intermedia, antes de que el curso del Segura se hunda en el tramo más profundo y angosto del Cañón, con paredes verticales que sobrepasan el centenar de metros en algunos puntos, construyeron la Presa de La Mulata; desde allí, casi todo el caudal del río es desviado por un túnel de varios kilómetros, excavado a pico y barreno en la roca viva, al final del cual hicieron la central. La empresa constructora fue la “Sociedad Eléctrica de los Almadenes”, entidad hermana de la “Real Compañía de Riegos de Levante”, a la cual servía el fluido eléctrico para el bombeo de importantes caudales de agua del Segura cerca de su desembocadura en Guardamar, donde pusieron en marcha multitud de canalizaciones para la explotación de regadíos agrícolas en varios municipios de la provincia de Alicante.

Al parecer, de la potencia suministrada por esta central desde su puesta en funcionamiento, sólo la mitad era consumida por “Riegos de Levante”, el resto de kilovatios iban a parar a la red de distribución eléctrica de Murcia y Alicante. Pero de aquello, que tendría su impacto natural y paisajístico, no lo dudo, ha pasado la friolera de 90 años, y ahí está. En la actualidad la “fábrica de electricidad” continúa produciendo un chorro de kilovatios limpios, “verdes”, renovables y prácticamente gratis, para lucro incesante de Iberdrola, que nos los factura por un ojo de la cara (con dos impuestos además: el de la electricidad y el IVA). 

Precisamente ahora, el día 4 de abril, se cumplen 86 años de la visita del Rey Alfonso XIII a la Central de los Almadenes; el Monarca, llegado a Cieza aquella mañana tempranico en el tren Correo, en su coche real, se dirigió primero a visitar el Pantano que lleva su nombre, paseando incluso por él en una lancha a motor. Luego, y después de desayunar en las instalaciones del propio embalse, la comitiva se trasladó al Salto de Almadenes, donde el Consejo directivo de la Sociedad Riegos de Levante, cuyo presidente era el ex ministro Juan de la Cierva, allí presente, le ofreció un banquete en la sala de máquinas. (En el nutrido séquito que acompañaba al Don Alfonso de Borbón, entre otros gerifaltes militares, civiles y políticos, se encontraba Torcuato Luca de Tena, fundador y a la sazón director de ABC, de cuya hemeroteca documento estos datos).

El Borbotón, en Los Almadenes

En la actualidad, mientras que ya empieza a producirse un notable efecto llamada a través de los medios, sobre todo en internet, sin haber puesto en marcha un control efectivo de los lugares, y la gente está invadiendo cada vez más la zona sin ton ni son (la Central se ha “blindado” de vallas por todos lados, cerrando incluso parte de la explanada donde volvía el autobús de la empresa López, que tenía el Salto de Almadenes como “estación términi” de su recorrido), la Administración ha comenzado a realizar alguna de las actuaciones previstas en el “Plan de Dinamización”.

¿Pero qué interesa hacer antes, marcar unos itinerarios acordes con la protección integral del entorno, controlar el número de visitantes que entra y sale del Cañón, obligando a éstos a mantener un comportamiento adecuado y respetuoso con el entorno, hacer efectivas dichas normas con una buena vigilancia y poner todos los cuidados habidos y por haber para evitar la degradación del frágil ecosistema, o tirar del presupuesto público millonario y realizar una gran obra con mucho cemento que dé juego al prurito político de aparecer en las fotos? Pues estando al caer las elecciones, para qué les voy a contar, mejor empezar por lo último.

Mientras tanto, si el Cañón de Almadenes consigue mantener unas décadas más su encanto natural de flora y fauna, adquirido durante cien mil años de soledad, será porque Dios es bueno.

©Joaquín Gómez Carrillo

(Artículo publicado en el semanario de papel "El Mirador de Cieza")

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(Ver artículos anteriores de "El Pico de la Atalaya")
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