INTRODUCCIÓN

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JOAQUÍN GÓMEZ CARRILLO, escritor de Cieza (Murcia), España. Es el autor del libro «Relatos Vulgares» (2004), así como de la novela «En un lugar de la memoria» (2006). Publica cuentos, poesías y relatos, en revistas literarias, como «La Sierpe y el Laúd», «Tras-Cieza», «La Puente», «La Cortesía», «El Ciezano Ausente», «San Bartolomé» o «El Anda». Es también coautor en los libros «El hilo invisible» (2012) y «El Melocotón en la Historia de Cieza» (2015). Participa como articulista en el periódico local semanal «El Mirador de Cieza» con el título genérico: «El Pico de la Atalaya». Publica en internet el «Palabrario ciezano y del esparto» (2010).

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6/6/10

De la huelga general y otras zarandajas



         ¿Qué me dicen ustedes de la huelga que viene, convocada in extremis por los grandes sindicatos para salvar su honrilla? ¿Creen ustedes que es un instrumento socialmente útil la huelga por un día? Desde luego, con gobiernos sensibles al clamor popular, tal vez sí; pero muy poco con los que no parecen prestar excesiva atención al clamor, y menos todavía si éste es especialmente “popular”. No obstante, es un trámite que, tarde o temprano, había que cumplir, pues en la dinámica de mantener puestas una vela a dios y otra al diablo, las apariencias cuentan mucho. Y los gobiernos anteriores, todos han tenido su correspondiente huelga general.
Yo ya me imagino el discurso que el próximo martes harán los líderes sindicalistas en la Puerta del Sol, cabecera, cómo no, de los telediarios de las tres de la tarde y las nueve de la noche. Será un discurso muy medido y estudiado, que rompa, al menos por un día, el mito del apesebramiento de los sindicatos (eso de que ya no se nutren de la cuota sindical de los trabajadores por defender sus derechos a capa y espada, sino que en la actualidad se mantienen atiborrados de subvenciones millonarias de las arcas públicas), y que desmienta la evidencia de que sólo le hacen críticas al Gobierno con la boca pequeña.
Los líderes de las dos grandes centrales sindicales, el día ocho de junio, tendrán que batirse el cobre y dar el do de pecho en Madrid. Pero no hay problema, ellos manejan bien ese lenguaje mitinero-proletario, no en vano uno de los dos grandes sindicatos españoles es el único sostén de la famosa e histórica “O” de obrero de la época de Pablo Iglesias. Aunque cada vez se sostiene menos, pues ya no son los tiempos duros de Redondo y de Camacho, cuando a los empresarios les temblaban las carnes al mentarles la Magistratura de Trabajo.
Pero yo creo, no obstante, que será una puesta en escena a la altura de las circunstancias (la paz social es muy importante, y aunque este país sea una ruina económica, lo primordial es que la calle esté tranquila y, hoy por hoy, lo están consiguiendo). Luego, la arenga irá subiendo de tono para ganarse la confianza y la simpatía de todos; hasta que ya, en el punto álgido, los oradores pongan el broche semántico (ahí es donde importan mucho las frases y las palabras que se escojan, e incluso el tono con que se pronuncien; ahí se juegan mucho los sindicatos y ellos lo saben):
“¡Compañeros y compañeras –dirán estos muchachos, administrando magistralmente, las palabras y los silencios–, no vamos a permitir que se recorten ni un milímetro los salarios de los trabajadores…!” “¡No vamos a tolerar que se congelen las pensiones a los pensionistas…!” “¡No vamos a dar un paso atrás en nuestras conquistas sociales!”  “¡Eso, de ninguna manera lo vamos a consentir, compañeros y compañeras…!” (lo de compañeros y compañeras es muy importante repetirlo, pues transmite un mensaje subliminar de solidaridad, de que luchan todos en la misma trinchera, de que ellos sienten en lo más profundo de su alma los cuatro millones y medio de parados sin plan de futuro). Y finalmente, ya dejándose la voz pegada al micro, dirán: “¡Por ahí no estamos dispuestos a pasar!” “¡Por ahí, compañeros y compañeras, no pasamos, no pasaremos y no pasarán…!”
Y entonces la masa, enfervorecida, enarbolando aquí y allá alguna que otra banderica aconstitucional del malogrado régimen republicano de los años treinta, aplaudirá a rabiar y coreará: “¡No pasarán, no pasarán…!
Después de la gran manifestación y el discurso de rigor, como es natural, se irán todos a comer, pues la movida da gazuza, y los duelos, con pan son menos. Y más tarde, cada mochuelo a su olivo.
Y en las horas y días siguientes, los noticieros amigos dirán que la participación en la huelga fue un fracaso, un fiasco; ¡na!, que la inmensa mayoría de los españoles está a favor de las medidas del Gobierno, salvo la oposición demoníaca, claro, que es una vergüenza nacional de oposición que tenemos, porque no arrima el hombro en absoluto, cuando debería apoyar al Gobierno de forma incondicional y volcarse y afiliarse en bloque, si hace falta, al partido gobernante (eso lo dirá la vicepresidenta esa que parece que come papel asao, la pobre; aunque a lo peor está tan seca y tan arrugá de tanto mal como le desea a la oposición criticona).
¿Y al día siguiente? Pues al día siguiente, la vida sigue igual, que dijera Julio Iglesias. Ya que las huelgas, para que realmente sirvan de algo, deben de convocarse indefinidas, y a resistir. Aunque hay quien dice que las huelgas sólo se deben de realizar, cuando ello sea imprescindible, contra los empresarios. Contra los gobiernos, sugieren también, lo que se debe de hacer, siempre que no haya más remedio, es la revolución. Y ya saben que, según quedó demostrado en mayo del 68, en Paris, bajo los adoquines está la playa.
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1 comentario:

  1. Anónimo9/6/10, 0:33

    En algunas empresas se están realizando huelgas de veinticuatro horas, no contra aquellas, sino contra los sindicatos apesebrados. Ver para creer.

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Cuentos del Rincón

Cuentos del Rincón es un proyecto de libro de cuentecillos en el cual he rescatado narraciones antiguas que provenían de la viva voz de la gente, y que estaban en riesgo de desaparición. Éstas corresponden a aquel tiempo en que por las noches, en las casas junto al fuego, cuando aún no existía la distracción de la radio ni el entoncemiento de la televisión, había que llenar las horas con historietas y chascarrillos, muchos con un fin didáctico y moralizante, pero todos quizá para evadirse de la cruda realidad.
Les anticipo aquí ocho de estos humildes "Cuentos del Rincón", que yo he fijado con la palabra escrita y puesto nombres a sus personajes, pero cuyo espíritu pertenece sólo al viento de la cultura:
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* Tres mil reales tengo en un cañar
* Zuro o maúro
* El testamento de Morinio Artéllez
* El hermano rico y el hermano pobre
* El labrador y el tejero
* La vaca del cura Chiquito
* La madre de los costales
* El grajo viejo
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Frases para la reflexión:

"SE CREYÓ LIBRE COMO UN PÁJARO, Y LUEGO SE SINTIÓ ALICAÍDO PORQUE NO PODÍA VOLAR"

"SE LAMÍA TANTO SUS PROPIAS HERIDAS, QUE SE LAS AGRANDABA"

"SI ALGUIEN ES CAPAZ DE MORIR POR UN IDEAL, POSIBLEMENTE SEA CAPAZ DE MATAR POR ÉL"

"SONRÍE SIEMPRE, PUES NUNCA SABES EN QUÉ MOMENTO SE VAN A ENAMORAR DE TI"

"SI HOY TE CREES CAPAZ DE HACER ALGO BUENO, HAZLO"

"NO SABÍA QUE ERA IMPOSIBLE Y LO HIZO"

"NO HAY PEOR FRACASO QUE EL NO HABERLO INTENTADO"