Casa-palacio Consistorial de Cieza |
Ya saben ustedes que tras las últimas elecciones municipales, el panorama político de los ayuntamientos, dentro de lo imperfecto del sistema de listas cerradas, ha dado un vuelco importante en casi toda España. En Cieza, también ha sido así. Aquí, a la luz de los resultados de estas, no se había producido tanta expectación desde los tiempos de Pepeolo. Entonces fue porque se estrenaba una nueva era democrática en el gobierno de este pueblo, y ahora porque se ha roto la hegemonía de los dos grandes bloques ideológicos: el socialismo y el popularismo.
En la actualidad, y tras la constitución del nuevo ayuntamiento el pasado día 13 de junio, son seis los partidos que entran a formar parte de este. De modo que hay 8 concejales del Partido Popular, 6 del Partido Socialista, 3 de Izquierda Unida, 2 de Cieza Puede, 1 de Ciudadanos Centristas de Cieza y 1 de Ciudadanos; en total son 21 los ediles que integran el Pleno Municipal como órgano colegiado, incluido el alcalde como primer edil y presidente.
Creo que, aunque es mala comparación, al igual que en los mercados de libre economía siempre es buena la competencia y malos lo oligopolios (no digamos los monopolios), entiendo como positivo el hecho de se hayan diversificado las alternativas políticas, con resultados electorales un tanto repartidos. ¿Qué quiere esto decir? Que como ninguna de las seis opciones políticas ha sacado mayoría absoluta, que serían 11 escaños (la mitad más uno del total), han tenido que dialogar y negociar. Si los partidos, más o menos afines de la llamada izquierda, no se hubieran puesto de acuerdo, automáticamente según la ley, se hubiera proclamado alcalde el cabeza de la lista más votada: Juan Manuel Molina, y, aunque con mayoría simple, el muchacho hubiese tenido que gobernar en la cuerda floja de la negociación permanente con el resto de representantes (que tampoco eso hubiera sido malo). Es decir, creo que, si todos nuestros representantes son leales al pueblo y piensan y trabajan para responder honradamente a la confianza depositada en ellos, cada vez que estos se sienten a consensuar opiniones y posiciones, será beneficioso para Cieza.
De manera que algo ha cambiado aquí (y hubiese cambiado igual con una gobernanza en minoría del partido ganador en las elecciones). Pienso que si los acuerdos entre ellos no se limitan al reparto de cuotas de poder y sueldos y atienden más bien a la aplicación de sus programas, la ciudadanía de Cieza saldrá ganando. Es por eso la expectación y la esperanza de que las cosas cambien, de que algo se mueva y de que surja un nuevo estilo para la gestión de lo público. Pues no queremos líderes carismáticos, no nos hacen falta, ni otorgar facultad plena de hacer y deshacer a un solo partido, no lo han querido los votantes. Sí necesitamos buenos y eficaces gestores de la cosa pública, con sensibilidad para detectar carencias, con generosidad para no discriminar, con valentía para acometer proyectos, con honradez para ejercer los cargos, con humildad de servicio a nuestra gente, con estímulo y coerción para poner a trabajar a algunos y con austeridad y control frente al derroche del gasto público; necesitamos un equipo de gobierno municipal que sepa afrontar y solucionar asuntos que colean y temas dejados de la mano de dios, que sea cumplidor con los acreedores y que use la inteligencia en beneficio del pueblo antes que el interés por conservar o ganar votos en los próximos comicios. (Una vez escribí que los políticos, en general, se movían principalmente por dos cosas: una, llegar al poder, y dos, mantenerse en él. Espero equivocarme y que, en particular los nuestros, no les importe ahora “desgastarse” en el ejercicio del cargo para hacer de Cieza un lugar donde dé gusto vivir).
De modo que algo ha cambiado ya. El entendimiento entre un tripartito (PSOE, Izquierda Unida y Cieza Puede) ha dado lugar a la investidura de Pascual Lucas como Alcalde de Cieza. Las matemáticas jugaban a su favor: entre las tres fuerzas han sumado los 11 votos de la mayoría absoluta. Pero ¡ojo!, esto no es más que el principio; ahora hay que gobernar. Cada grupo político deberá renunciar a una parte de sus aspiraciones, postulados o promesas de partido, para hacer posible el bien común. Los que hasta el 24 de mayo eran adversarios, ahora han de ser colaboradores entre sí y empujar el carro en una misma dirección: la del progreso de este pueblo; para progresar en lo social, en lo económico, en la creación de puestos de trabajo, en la limpieza de sus espacios públicos, en el embellecimiento urbano, en poner fin a los vertidos incontrolados y cuidar el medio ambiente; progresar en el respeto, en la educación, en la protección a los menores y en el estímulo de la vida sana y el deporte; progresar en el reconocimiento de nuestros potenciales, como son la agricultura, el turismo o la buena imagen de este pueblo; y progresar sobre todo en aquello que nos hace personas, para que donde quiera que estemos o vayamos, podamos presumir siempre de ciezanía.
En la oposición quedan 10 concejales: los ocho del PP, uno del CCCi y otro de C’s. La responsabilidad de estos a partir de ahora no es menos importante: proponer mociones al Pleno Municipal y fiscalizar ante este la acción de gobierno del alcalde y los concejales delegados.
¡Suerte a todos y buen trabajo! Su bien hacer y sus éxitos serán la clave de nuestro futuro como ciudadanos de Cieza.
©Joaquín Gómez Carrillo
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