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Bancal de rastrojo en agosto |
En cambio otras actividades se intensifican en agosto: las relacionadas con las masas de turismo que se desplazan de un lado a otro con la cartera abierta. Porque en este país habrá crisis y todo lo que se quiera, pero el español, cuando sale de vacaciones, es que sale de verdad. Los franchutes, por ejemplo, ¡oh, la, la!, van con sus rulotes y sus autocaravanas economizando; pero el turista español no tirita; aunque la gasolina esté por las nubes y todo cueste un pico, pues en este país se le ha perdido el respeto al euro y nadie se para ya a pensar que 90 centimillos son treinta durazos, el español viaja como el que más.
(Por cierto, ¿se han dado ustedes cuenta de nuestra servidumbre hacia los señores de la energía? En la edad media, el señor feudal que vivía en el castillo, otorgaba cierta protección a sus siervos a cambio de sacarles el saín en el cultivo de sus tierras, y todo con el consentimiento del rey, a quien el señor le prestaba vasallaje y, cuando era menester, le ayudaba en el arte de la guerra (que la guerra entonces era un arte, como a las faenas del toreo llaman “suertes”, ¡hay que fastidiarse!) Ahora los señores que nos esclavizan económicamente son las grandes multinacionales de la energía. Ellos, los Señores de la Energía, nunca pierden, ¿no ven ustedes los cientos de millones de dólares que lleva gastados la British Petroleum en el desastre ese del Golfo de México? Pues todo eso va a cargo de los sufridos consumidores, ¿qué se habían creído ustedes? Porque al final los señores de la energía se ponen de acuerdo entre ellos y suben el barril, el gas o el kilovatio todo lo que les da la gana, con el beneplácito de los gobiernos, claro, como pasa aquí con Iberdrola).
Sin embargo, retomando el hilo, agosto es un buen mes: el de las cosechas estivales, el de la abundancia, y el de la Feria. Agosto es tan pródigo que se decía que era el único mes que tenía dos lunas (cosa que no es cierta, pues dos lunas nuevas o dos lunas llenas puede tener cualquier mes del año, excepto febrero el corto; de hecho, cuando ocurre esto con la fase de luna llena, a la segunda se le llama “luna azul”; ¿lo sabían?
Pero agosto, por lo que en realidad es importante, en referencia a las creencias antiguas y al cuento de los viejos, es por ser el mes de las cabañuelas. ¿Qué son las cabañuelas? Pues una cosa parecida a los almanaques zaragozanos pero con raíces culturales y con un tanto de misterio.
Campo de Cajitán en primavera. |
Pero según otros (también recogido en dicho libro), esto se hacía, no con los días del mes, sino con los de la luna (yo lo veo con más base, ya que el calendario no es más que un convencionalismo), o sea, que como este año entra la luna el día 10, pues tendría su paralelismo con enero del 2011, el día 11 con febrero, y así sucesivamente. No es difícil llevar la cuenta de las cabañuelas. Lo complicado es interpretar el significado de cada observación: si por la mañana hay rocío, si se levanta cierzo o solano, si hay nubes de esta forma y de esta otra, si se nubla por poniente o por occidente, si llueve, si truena, si está raso, si hay niebla, etc.; pues según un refrán cajitanero “Lo que ha de ocurrir en el suelo está escrito en el cielo”.
¡Lástima que hayamos llegado a ser una sociedad descreída, que adora la ciencia y que tiene por seguro que la Tierra se mueve! Pues con Tolomeo, y aún con el sabelotodo de Aristóteles, culpable de que la Iglesia anduviera durante quince siglos en el error, al menos soñábamos con ser el centro del universo, que es tanto como decir el ombligo de Dios.
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