INTRODUCCIÓN

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JOAQUÍN GÓMEZ CARRILLO, escritor de Cieza (Murcia), España. Es el autor del libro «Relatos Vulgares» (2004), así como de la novela «En un lugar de la memoria» (2006). Publica cuentos, poesías y relatos, en revistas literarias, como «La Sierpe y el Laúd», «Tras-Cieza», «La Puente», «La Cortesía», «El Ciezano Ausente», «San Bartolomé» o «El Anda». Es también coautor en los libros «El hilo invisible» (2012) y «El Melocotón en la Historia de Cieza» (2015). Participa como articulista en el periódico local semanal «El Mirador de Cieza» con el título genérico: «El Pico de la Atalaya». Publica en internet el «Palabrario ciezano y del esparto» (2010).

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23/3/13

El rumor de los tambores

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Cristo del Argaz (Cieza)
Ya está aquí la Semana Santa, pues el miércoles 27 de marzo es la primera luna llena de la primavera, hecho que determina la datación moderna de estas fiestas, ya que la conmemoración católica de la pasión y muerte de Jesús viene a ser una prolongación de la antigua Pascua judía. Y aquélla, que se celebraba en recuerdo de la salida del pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto, tenía lugar en esas precisas fechas que marcaba el calendario lunar hebreo: la primera luna llena de la primavera, que en el histórico año de la muerte de Cristo cayó en jueves (el 14 de Nisán).

De modo que el Maestro quiso celebrar la última cena en Jerusalem y mandó a sus discípulos con tiempo para que hicieran los preparativos pertinentes en un local prestado (o quizás alquilado). Probablemente comieran allí el cordero pascual con hierbas amargas y pan ázimo (sin levadura). Al animal, según las escrituras, había que sacrificarlo sin quebrantarle ningún hueso, como también se cumpliría este simbolismo en la ejecución del Redentor, que en contra de la costumbre romana de romperle las piernas a los crucificados para acortarles la agonía, no hicieron tal cosa con Jesús, quien exhausto probablemente por haber sido torturado, murió pronto y lo único que hicieron los soldados fue pincharle en el costado con la lanza para cerciorarse de ello. Y ya, cumplidos los trámites legales de la entrega del cadáver a la familia (se supone que además de algunos de sus discípulos, como Juan de Zebedeo, y de su propia madre, María, también estarían presentes sus hermanos), fueron a depositarlo aprisa y corriendo en el sepulcro de José de Arimatea, porque el sol se ponía y comenzaba la observancia del sábado, tiempo en que no estaba permitido hacer nada, y mucho menos enterrar a los muertos.

Tras finalizar la cena, y después de anunciar Jesús a los apóstoles aquel misterio nuevo de que el pan significaba su cuerpo y el vino su sangre y de ordenarles que realizasen en adelante aquella celebración en memoria suya, se salieron al campo (seguramente bajo una gran luna que alumbraba los olivos de Getsemaní con luz plateada, y donde se oirían aquí y allá los cantos territoriales de los mochuelos). Por otra parte Judas Iscariote (no confundirlo con Judas Tadeo o Judas hermano del Señor), tesorero del grupo y con probable ideología nacionalista, había pactado la entrega del Mesías por dinero. De manera que aprovechando la claridad nocturna, fueron a por Él.

Pero el meollo del asunto era colgarle a Jesús un sambenito que le valiera la condena a muerte, ya que el gobierno autónomo de Herodes y la asamblea político-religiosa del Sanedrín querían cargárselo a toda costa por su discurso “políticamente incorrecto” con el poder religioso (tengan en cuenta que el de Nazaret era un hombre que hablaba como Dios); sin embargo el problema radicaba en que la competencia legal para realizar ejecuciones correspondía a la administración del Imperio Romano, y, tanto el gobierno títere de la dinastía de los Herodes, como el núcleo duro del Sanedrín, a cuya cabeza estaba el sumo sacerdote, Caifás, no querían dar ningún paso en falso ante el poder de Roma, por lo que estuvieron toda la noche del jueves maquinando qué iban a hacer y llevando al detenido de acá para allá dando tumbos.

En principio, los cargos que le imputaban no se sostenían en absoluto. Esa acusación de que el Hijo del carpintero fuera “rey de los judíos” le daba risa a Pilatos, de hecho, la tablilla de INRI (Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum) en tres idiomas que éste mandaría clavar en lo más alto de la Cruz, sería una especie de burla a los nacionalistas y a las propias instituciones “autonómicas”, una venganza por haberlo puesto en el brete de tener que decidir sobre la vida de un inocente. Pero como al gobernador imperial le importaba un pepino la vida de un judío (aunque el hombre lo intentó: primero presentando a un Jesús torturado –“¡ecce homo!”– y después sometiendo a elección popular el indulto de un preso) y prefería hacer alguna concesión al nacionalismo insaciable de aquel reino (ya saben ustedes cómo es este mal político) a que llegara a oídos del Senado de Roma que no había sabido mantener la “pax” en la región, pues prevaricó olímpicamente y se lavó las manos.

El “juicio” fue sumarísimo; ustedes lo saben: ese mismo viernes lo clavaron en la Cruz y pocas horas después Jesús fallecía, probablemente por deshidratación y por asfixia, ya que la dolorosísima posición del cuerpo colgado de las muñecas con los brazos extendidos le impedía llenar de aire la caja torácica.
©Joaquín Gómez Carrillo
(Publicado el 23/03/2013 en el semanario de papel "EL MIRADOR DE CIEZA")

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Cuentos del Rincón

Cuentos del Rincón es un proyecto de libro de cuentecillos en el cual he rescatado narraciones antiguas que provenían de la viva voz de la gente, y que estaban en riesgo de desaparición. Éstas corresponden a aquel tiempo en que por las noches, en las casas junto al fuego, cuando aún no existía la distracción de la radio ni el entoncemiento de la televisión, había que llenar las horas con historietas y chascarrillos, muchos con un fin didáctico y moralizante, pero todos quizá para evadirse de la cruda realidad.
Les anticipo aquí ocho de estos humildes "Cuentos del Rincón", que yo he fijado con la palabra escrita y puesto nombres a sus personajes, pero cuyo espíritu pertenece sólo al viento de la cultura:
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* Tres mil reales tengo en un cañar
* Zuro o maúro
* El testamento de Morinio Artéllez
* El hermano rico y el hermano pobre
* El labrador y el tejero
* La vaca del cura Chiquito
* La madre de los costales
* El grajo viejo
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Frases para la reflexión:

"SE CREYÓ LIBRE COMO UN PÁJARO, Y LUEGO SE SINTIÓ ALICAÍDO PORQUE NO PODÍA VOLAR"

"SE LAMÍA TANTO SUS PROPIAS HERIDAS, QUE SE LAS AGRANDABA"

"SI ALGUIEN ES CAPAZ DE MORIR POR UN IDEAL, POSIBLEMENTE SEA CAPAZ DE MATAR POR ÉL"

"SONRÍE SIEMPRE, PUES NUNCA SABES EN QUÉ MOMENTO SE VAN A ENAMORAR DE TI"

"SI HOY TE CREES CAPAZ DE HACER ALGO BUENO, HAZLO"

"NO SABÍA QUE ERA IMPOSIBLE Y LO HIZO"

"NO HAY PEOR FRACASO QUE EL NO HABERLO INTENTADO"