Atardecer en Benidorm |
Se veía venir. El rey estaba bastante cascado. No había más que verle los andares. Mi abuela se fijaba mucho en eso, ella sacaba a alguien, no por la pinta, sino por los andares. “Tú tienes que ser nieto de fulanico: te se ve en los andares...”, decía, y no se equivocaba. Tenía una sabiduría natural.
El rey ha pasado mucho desde que siendo un zagalotino, Franco le dijo a su padre: “Mándame al muchacho, que estudie aquí en España.” Pero no le aseguró que con el tiempo lo fuera a poner de rey, porque Franco era muy cuco y no soltaba prenda jamás. Mi abuela también pasó mucho durante su vida y, como era analfabeta profunda y no sabía de números, decía siempre que ella era un poquico mayor que Franco. Aunque éste se murió en 1975 y ella le sobrevivió la tira de tiempo. Mi abuela pasó hasta el aliacán, que Don Mariano dijo que no había nada que hacer e iba a durar dos semanicas a lo sumo. ¡Pues no señor!, aún vivió varios años.
El rey, lo que hizo fue mucha mili, y eso es bastante engorroso, pero es lo que tiene, va en el cargo. Su hijo también ha tenido que hacer mili en los tres ejércitos; si no, cómo iba a mandarles ahora a los generales. ¡Pos no son nadie los generales...! Sin embargo delante del rey se ponen más firmes que una vela (¡cuádrese, mi general!, y dan un taconazo) Mi abuela trabajó toda su vida en el campo y contaba que una mujer, de por ahí del Ginete, le dio agua al rey (al abuelo del abdicante) cuando fue a inaugurar el pantano de Alfonso XIII. La mujer sacó una cántara de agua fresca, tan limpia como los chorros del oro, y el rey bebió a gallete. Cosas de los Borbones, que son muy campechanos. La mujer le dijo entonces: “Majestá, licenci’usté a mi hermanico que está en la Guerra de Melilla”, y el rey le preguntó: “¿En que regimiento se encuentra?” Y ella dijo que en el “Alcántara 14 de Caballería.” Y el soberano respondió que bueno, y lo cumplió.
El Rey Juan Carlos también ha cumplido con el papel para el que fue preparado a conciencia desde la niñez. Él cuenta que ya siendo príncipe le dijo un día a Franco: “Excelencia, déjem’usté que asista a los consejos de ministros, pa ir aprendiendo”. Y el gallego le respondió que nanay. “Usted tendrá que gobernar de otra manera muy distinta”, le dijo. Y eso ha hecho el hombre durante 39 años: trabajar para llevar a este país a la cabeza de las naciones. Tomó una España Gris, vigilada de cerca por el ministerio de la gobernación de la Puerta del Sol, y abrió todas las ventanas para que entrase el viento de la libertad y los derechos individuales de las personas. Mi abuela también luchó mucho a lo largo de su vida, que la pobre se casó y tuvo que meterse a vivir en una cueva, y cuando se le murió la primera hija del garrotillo, la enterró bajo el suelo de tierra del casón, pues tenía dos añicos la criatura y no estaba inscrita aún en el Registro Civil. Para qué, si no era varón y no la llamarían a filas... Mi abuela conoció una regencia, dos reinados, dos dictaduras y una república, y una guerra incivil, además.
El inminente rey Felipe VI, aseguran que es un muchacho muy preparado; eso se nota a la legua (ahora tenemos jóvenes muy preparados, la lástima es que tienen que emigrar al extranjero a buscarse la vida). Al Príncipe de Asturias, desde parvulitos lo están enseñando a reinar y así da gusto, que alguien esté bien preparado para ejercer un cargo público, no como algunos políticos de las listas cerradas, que no saben ni dónde tienen su mano derecha y nada más que les preocupa trincar guita. Mi abuela solo aprendió en la universidad de la vida, sin embargo estaba segura de muchas cosas, por ejemplo: de que los americanos no llegaron a la Luna en 1969. “¡Pero qué necios sois!” –nos recriminaba tiernamente. “¿Cómo se van a parar los hombres en la Luna?, se caerían pa’bajo...”
Dicen algunos que ahora es el momento de deshacer lo “atado y bien atado” que nos dejó Franco: una monarquía perfecta, moderna, democrática y de prestigio; un rey dispuesto a borrar las caspas del régimen anterior y pasar página con la vista en el futuro. (Cuentan que el Conde de Bacelona, siempre a la expectativa en Estoril, tomó el berrinche padre al enterarse de la decisión del generalísimo. Aunque luego actuó con nobleza y dijo lleno de emoción aquello de: “¡Por España, viva el rey!” y se cuadró delante de su hijo. A ver qué iba a hacer..., el que manda, manda). Peor suerte tuvo el abuelo, que hubo de marcharse al exilio para dar paso a una república llena de ilusiones y sólo volvió ya con los pies para adelante. Mi abuela, acabada la maldita guerra, y por haber hecho caso a los que voceaban “¡la tierra, para quien la trabaja!”, fue expulsada de su casa con toda su prole y tuvo que sobrevivir, ella y los suyos, comiendo hierbas cocidas.
Plantean algunos ahora, aprovechando la sucesión monárquica, que habría que cuestionar la forma de estado y convocar un referéndum, mas yo creo que ahora no es la hora de inestabilizar la sociedad española para constatar que una abrumadora mayoría quiere quedarse como está. No obstante, los plebiscitos ya están inventados (que recuerden las elecciones del 12 de abril de 1931) y a la vista hay unas municipales. Así que quienes estén por la república, que lo lleven en sus programas de forma clara y manifiesta, y a ver los votos que sacan...
©Joaquín Gómez Carrillo
(Publicado el 07/06/2014 en el semanario de papel "EL MIRADOR DE CIEZA")
Pos eso digo yo.
ResponderEliminarCreo que has hecho un artículo cargado de reflexión y de comparación del presente con el pasado, y de la gente de a pie(como tu abuela) con la gente inaccesible (como la realeza). Creo que esta antítesis de gente tan diferente,me ha hecho darme cuenta de lo importante que es para nosotros "nuestra familia", nuestros antepasados,los nuestros del día al día, y quizás a estos tan nuestros no le damos todo el valor que como seres únicos se merecen. Lo que has contado de tu abuela me ha hecho pensar que ya es hora de que los nuestros formen parte siempre de nuestra historia, y que cada día de su vida que dan por los suyos, es un día tan miportante como la próxima coronación del rey Felipe VI .
ResponderEliminarGracias, como siempre, Joaquín
Gracias por tu amable comentario.
EliminarSaludos.