INTRODUCCIÓN

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JOAQUÍN GÓMEZ CARRILLO, escritor de Cieza (Murcia), España. Es el autor del libro «Relatos Vulgares» (2004), así como de la novela «En un lugar de la memoria» (2006). Publica cuentos, poesías y relatos, en revistas literarias, como «La Sierpe y el Laúd», «Tras-Cieza», «La Puente», «La Cortesía», «El Ciezano Ausente», «San Bartolomé» o «El Anda». Es también coautor en los libros «El hilo invisible» (2012) y «El Melocotón en la Historia de Cieza» (2015). Participa como articulista en el periódico local semanal «El Mirador de Cieza» con el título genérico: «El Pico de la Atalaya». Publica en internet el «Palabrario ciezano y del esparto» (2010).

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15/6/19

Pascualcalde

 .
Edificio consistorial en la Plaza Mayor, Cieza (Murcia)
Han pasado ya muchos años de democracia municipal al amparo de la Constitución de 1978; concretamente cuarenta. Cuarenta años es un periodo de tiempo redondo, casi bíblico, mosaico diría: cuarenta años tenía Moisés cuando fue expulsado de los palacios del faraón; cuarenta vivió ejerciendo el pastoreo fuera de los dominios del próspero Egipto; y otros cuarenta vagó por el desierto acaudillando a su pueblo liberado, hasta morir sin pisar la fértil tierra de Canaan.

Antes del año 1979, en España tendríamos que remontarnos al periodo republicano para hallar otros comicios democráticos en el año 1933; y anterior a estos, los ya históricos de abril de 1931, cuyos resultados pusieron fin a la monarquía de forma pacífica e ilusionada. Pues el rey Alfonso XIII, que había dejado hacer al general Primo de Rivera y su “directorio militar” durante el periodo conocido como la Dictadura; y aun continuó aprobando el gobierno de la “Dictablanda” del general Berenguer, quiso recuperar tras ello las riendas del Estado pactando con los partidos dos elecciones democráticas para dicho año 1931: primero serían a los ayuntamientos y después a cortes constituyentes; más como recogen los libros y todos ustedes saben, tras las del 12 de abril, España se tornaría republicana (los periodistas preguntaron el lunes, día 13 al presidente del gobierno, el almirante Aznar, “que qué estaba pasando”, y éste fue muy gráfico al respecto: “…Pasa, señores –dijo–, que España se acostó monárquica y se ha levantado republicana”. Tras ello el monarca se largó por la puerta trasera del palacio y, en la madrugada del 14 al 15, fugitivo hacia el exilio, cruzó Cieza entrando por el Camino de Madrid, subiendo la Calle Mesones, atravesando la Esquina del Convento y saliendo a toda pastilla por el Camino de Murcia (entonces Calle Libertad).

Luego vendría el periodo del gobierno franquista, en el cual la composición de los ayuntamientos tenía unos rasgos peculiares, pues el número de concejales se dividía en tres partes según su procedencia: una de las partes era la del “tercio corporativo o gubernamental” (los candidatos que proponía el gobernador de la provincia); otra parte era el llamado “tercio sindical” (los propuestos por los órganos sindicales, que entonces solo había un sindicato, al cual debían afiliarse empresarios y obreros a un tiempo); y por último estaba el “tercio familiar” (este era el único “pseudemocrático”, pues dimanaba de candidatos cabezas de familia, los cuales eran votados por otros cabezas de familia; todo quedaba en familia). Anecdóticamente, mi jefe, de cuando yo tenía un oficio y trabajaba en una empresa privada, me contó, ¡él que se proclamaba siempre republicano!, que se le ocurrió una vez presentarse al Ayuntamiento de Cieza por el famoso “tercio familiar”. Me dijo que hizo su campaña tanteando a todos sus amigos cabezas de familia, que era muchos, y cada uno de ellos le aseguraba que no se preocupara que “su voto, lo tenía”, “¡cuenta con mi voto!”, le decían. De forma que llegado el día de la elección de los concejales, sus amigos aún le palmeaban la espalda, asegurándole cada cual que contara con el voto propio. Hasta que llegó el momento del recuento y todo acabó como el rosario de la aurora: sus amigos desaparecieron como por encanto, sin mirarle a los ojos ni decirle “adiós”, pues el hombre se encontró que había sacado ¡cero votos! Mi jefe luego se conformaría con afirmar siempre que él “había ayudado a Franco a ganar la Guerra”, “perdiéndola”, agregaba.

De aquel tiempo preconstitucional, recuerdo el nombre de algunos alcaldes y concejales que llegué a conocer en persona. Marianito Marín, médico con quien mis padres tenían la “iguala”, fue uno de los alcaldes más jovencicos. Luego, también me acuerdo de Trinidad Almela, cuyo hijo Fernando era compañero mío de clase; “Trini” era empleado de la Caja de Ahorros del Sureste, en la Calle San Sebastián. (Entonces los políticos locales no veían un duro del Ayuntamiento y tenían que ganarse las habichuelas con su trabajo). Y de otro alcalde que me acuerdo porque también fue mi médico, ya con la seguridad social (esta empezaría a funcionar a finales de los sesenta), era Paco Lucas Navarro, “Ginerre”.

Y volviendo a 1979, en esta primera legislatura constitucional gobernaría el Ayuntamiento con apoyos de otros partidos Juan Antonio Martínez-Real Ros, “Pepeolo”. Luego llegaría Ramón Ortiz Molina en 1983, también muy jovencico. Tras Ramón, ganó dos veces los comicios municipales Paco Marín Escribano, en 1987 y 1991. Y, después de 16 años de ayuntamientos socialistas, arribó en 1995 José Antonio Vergara, del Pepé, cuyo gobierno fue abortado por dimisión personal, cogiendo el bastón Paco López Lucas “Paco hierro”. En 1999, Paco López tuvo que empezar a gobernar en minoría, pues en la noche electoral el Pesoe había tirado cohetes, con retardo; y, a finales del 2000, Francisco Martínez Rojas desbancó al Pepé con una moción de censura (la primera en nuestra democracia municipal). De 2003 hasta 2015 se extendería la “era Tamayo”. Tras dicho periodo pudo entrar a gobernar, con apoyos, Pascual Lucas Díaz, el mismo que volverá a ser elegido alcalde de Cieza por otros cuatro años el día 15 del presente mes, del presente año. ¡En hora buena Pascual!
©Joaquín Gómez Carrillo

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Cuentos del Rincón

Cuentos del Rincón es un proyecto de libro de cuentecillos en el cual he rescatado narraciones antiguas que provenían de la viva voz de la gente, y que estaban en riesgo de desaparición. Éstas corresponden a aquel tiempo en que por las noches, en las casas junto al fuego, cuando aún no existía la distracción de la radio ni el entoncemiento de la televisión, había que llenar las horas con historietas y chascarrillos, muchos con un fin didáctico y moralizante, pero todos quizá para evadirse de la cruda realidad.
Les anticipo aquí ocho de estos humildes "Cuentos del Rincón", que yo he fijado con la palabra escrita y puesto nombres a sus personajes, pero cuyo espíritu pertenece sólo al viento de la cultura:
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* Tres mil reales tengo en un cañar
* Zuro o maúro
* El testamento de Morinio Artéllez
* El hermano rico y el hermano pobre
* El labrador y el tejero
* La vaca del cura Chiquito
* La madre de los costales
* El grajo viejo
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Frases para la reflexión:

"SE CREYÓ LIBRE COMO UN PÁJARO, Y LUEGO SE SINTIÓ ALICAÍDO PORQUE NO PODÍA VOLAR"

"SE LAMÍA TANTO SUS PROPIAS HERIDAS, QUE SE LAS AGRANDABA"

"SI ALGUIEN ES CAPAZ DE MORIR POR UN IDEAL, POSIBLEMENTE SEA CAPAZ DE MATAR POR ÉL"

"SONRÍE SIEMPRE, PUES NUNCA SABES EN QUÉ MOMENTO SE VAN A ENAMORAR DE TI"

"SI HOY TE CREES CAPAZ DE HACER ALGO BUENO, HAZLO"

"NO SABÍA QUE ERA IMPOSIBLE Y LO HIZO"

"NO HAY PEOR FRACASO QUE EL NO HABERLO INTENTADO"