INTRODUCCIÓN

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JOAQUÍN GÓMEZ CARRILLO, escritor de Cieza (Murcia), España. Es el autor del libro «Relatos Vulgares» (2004), así como de la novela «En un lugar de la memoria» (2006). Publica cuentos, poesías y relatos, en revistas literarias, como «La Sierpe y el Laúd», «Tras-Cieza», «La Puente», «La Cortesía», «El Ciezano Ausente», «San Bartolomé» o «El Anda». Es también coautor en los libros «El hilo invisible» (2012) y «El Melocotón en la Historia de Cieza» (2015). Participa como articulista en el periódico local semanal «El Mirador de Cieza» con el título genérico: «El Pico de la Atalaya». Publica en internet el «Palabrario ciezano y del esparto» (2010).

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17/6/24

La paleta de la reina

 .

«Isabel II estudiando geografía», retrato pintado por el valenciano Vicente López Portaña, que fue primer pintor de cámara de la reina. El cuadro se halla en el Museo del Romanticismo, en Madrid.

Habíamos dicho que Fernando VII, el bribonazo que traicionó a su padre Carlos IV para arrebatarle el trono y a los pocos meses, entre ambos, padre e hijo, vendieron España a Napoleón (¡vaya tropa!), falló con las tres primeras mujeres y no logró descendencia, cosa que para las casas reales era de vital importancia: conseguir el muchachico; habíamos dicho que probó finalmente con una cuarta, su sobrina carnal María Cristina de Borbón dos Sicilias, con la que engendró dos nenicas: Isabel y Luisa Fernanda; habíamos dicho que promulgó la famosa «Pragmática Sanción» para abolir la Ley Sálica y que pudiera reinar una mujer en el trono de España; habíamos dicho que el fulano estaba ya cascado y, antes de que la princesa Isabelica cumpliera los tres añicos, se marchó al otro barrio, con lo cual la pobre criatura, sin uso de razón, recibió la corona de reina de las Españas; también dijimos que su madre de la zagalica tuvo que asumir la regencia hasta que el general Espartero metió mucha caña e hizo que la «Reina Gobernadora» tuviera que exiliarse y lo dejara a él con el carguico de regente (¿les suena eso de «quítate tú pa que me ponga yo»?); dijimos ya también que este, mi tocayo Joaquín Baldomero Espartero, por su rigor con los catalanes ordenando el bombardeo indiscriminado de de Barcelona (la rebelión de la ciudad no fue por motivos separatistas ni mucho menos, sino por motivos económicos: «la pela es la pela»), tuvo que dejar la regencia y largarse, para lo cual y para que la cosa fuera políticamente correcta, adelantaron un año la mayoría de edad de la reina, de 14 a 13, pues daba lo mismo: era una adolescente malcriada y siguió siendo una jovenzuela malcriada, antojadiza y caprichosa.

 De modo que a eso vamos; ahí es donde entra en juego «la paleta». Pues para sacudirse a Espartero, las Cortes, reunidas en el Palacio del Senado (entonces no había dos cámaras como ahora), declaran mayor de edad a Isabel II, con 13 años, en contra de lo que establecía la constitución vigente, que estaba fijada la mayoría de edad para los monarcas en 14 años (mas eso no era problema: cuando a los gobiernos les interesa se saltan la constitución olímpicamente; además, ya lo dice el refrán: «Van leyes do quieren reyes»). El caso es que Espartero tenía pensado levantar un palacio nuevo para albergar las Cortes y, justo ese día de la jura de la reina, se dijo «venga, vamos a poner la primera piedra majestad».

A propósito, eso de las primeras piedras es algo muy importante; miren, aquí en Cieza, para la construcción del Centro de Salud de las Morericas pusieron la primera piedra varias veces: venían de Murcia los políticos de turno, con sus Audis y sus chóferes trajeados, encorbatados, aburridos y fumando Winston en la Plaza Mayor, constataban que el Huerto de Jordán era el peor sitio del pueblo para este servicio médico, ponían la primera piedra y se iban a echar el alboroque; luego pasaba el tiempo, o la legislatura completa, volvían otros políticos de turno (o los mismos), con sus Audis y sus chóferes  trajeados, encorbatados, aburridos y fumando Winston en la Plaza Mayor, se cercioraban de que el lugar era efectivamente el peor sitio del pueblo para un Centro médico de atención primaria, ponían otra primera piedra (o la misma) y se iban a echar el alboroque (las facturas de los alboroques venían luego al ayuntamiento); hasta que ya un día empezaron las obras, que por cierto, en el descuaje de los cimientos, se descubrió la antigua galería de piedra con un canal por el que, en tiempos, entraba el agua de la Acequia del Fatego hasta una noria que regaba dicho huerto —yo me di cuenta de ello, pues dicha noria figura en mi plano de 1924, y alerté a cierta autoridad—; el asunto fue puesto en conocimiento de la Comunidad Autónoma (me consta) y esta dijo: «¡que se paren las obras, que tenemos que ir a verlo!», pero las obras no se pararon ni de coña: vertieron hormigón a toda prisa y cuando vinieron los técnicos no pudieron ver nada, así que se fueron y aquí paz y allá gloria.

En la Carrera de San Jerónimo, en Madrid, donde ahora está el Congreso de los Diputados, con sus leones «Daoiz» y «Velarde», cuyo bronce procede del fundido de cañones capturados al enemigo moro en la Guerra de África, en 1860, durante el reinado de Isabel II (si es que le pilló todo a «la de los tristes destinos», como decía Benito Pérez Galdós), existía en el solar —decimos— un antiguo convento del Espíritu Santo, el cual había sufrido un grave incendio un día en que estaba oyendo misa el Duque de Angulema, que era primo hermano del jodío Fernando VII y que llegó a España con «los cien mil hijos de San Luis» franchutes para establecer el absolutismo feroz (el rey, complacido al respecto, escribió: «Mi augusto y amado primo el duque de Angulema al frente de un ejército valiente, vencedor en todos mis dominios, me ha sacado de la esclavitud en que gemía, restituyéndome á mis amados vasallos, fieles y constantes». —la «esclavitud en la que gemía» se refiere al trienio liberal durante el cual se estuvo cumpliendo la Constitución de Cádiz; ¡valiente sinvergüenza!—).

La reina regente, la madre de la Isabelica, había mandado lavarle la cara a la iglesia de dicho convento para que allí pudieran reunirse las Cortes, pero como ya hemos mentado antes, Espartero encargó el proyecto para un palacio decente, que estuviera a la altura de la institución, al importante arquitecto Narciso Pascual Colomer, resultando de las obras el actual edificio, donde reside la representación de la soberanía de España (no la soberanía, ¡ojo!, que es el pueblo, sino la representación de la soberanía).

Bueno, pues tras la parafernalia real de las Cortes, que para la ocasión se reunieron en el Palacio del Senado, la jura de la reina y la declaración de su mayoría de edad a los 13 años, se desplazaron a la Carrera de San Jerónimo a colocar la primera piedra. Doña Isabel, con su paleta de plata echó un pegotico de argamasa y luego enterraron la paleta en una cápsula del tiempo, que hace unos años fue hallada por casualidad durante unas obras.

©Joaquín Gómez Carrillo

 

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Cuentos del Rincón

Cuentos del Rincón es un proyecto de libro de cuentecillos en el cual he rescatado narraciones antiguas que provenían de la viva voz de la gente, y que estaban en riesgo de desaparición. Éstas corresponden a aquel tiempo en que por las noches, en las casas junto al fuego, cuando aún no existía la distracción de la radio ni el entoncemiento de la televisión, había que llenar las horas con historietas y chascarrillos, muchos con un fin didáctico y moralizante, pero todos quizá para evadirse de la cruda realidad.
Les anticipo aquí ocho de estos humildes "Cuentos del Rincón", que yo he fijado con la palabra escrita y puesto nombres a sus personajes, pero cuyo espíritu pertenece sólo al viento de la cultura:
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* Tres mil reales tengo en un cañar
* Zuro o maúro
* El testamento de Morinio Artéllez
* El hermano rico y el hermano pobre
* El labrador y el tejero
* La vaca del cura Chiquito
* La madre de los costales
* El grajo viejo
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Frases para la reflexión:

"SE CREYÓ LIBRE COMO UN PÁJARO, Y LUEGO SE SINTIÓ ALICAÍDO PORQUE NO PODÍA VOLAR"

"SE LAMÍA TANTO SUS PROPIAS HERIDAS, QUE SE LAS AGRANDABA"

"SI ALGUIEN ES CAPAZ DE MORIR POR UN IDEAL, POSIBLEMENTE SEA CAPAZ DE MATAR POR ÉL"

"SONRÍE SIEMPRE, PUES NUNCA SABES EN QUÉ MOMENTO SE VAN A ENAMORAR DE TI"

"SI HOY TE CREES CAPAZ DE HACER ALGO BUENO, HAZLO"

"NO SABÍA QUE ERA IMPOSIBLE Y LO HIZO"

"NO HAY PEOR FRACASO QUE EL NO HABERLO INTENTADO"