Castillo del Mayorajo, en el paraje de La Fuente del Peral (Cieza)
El lenguaje lo crea el pueblo, nos explicaba en el Instituto Laboral el bueno de don Andrés Nieto. La gente crea términos nuevos; a veces da en llamar algo de alguna manera y al final esa palabra se extiende y cala en la población. Hace unos años, algunos políticos, por un error de traducción de la palabra «genre» del inglés, empezaron a llamar «género» al sexo, y a decir que las personas estábamos divididas en dos géneros, y, a pesar de que la Real Academia de la Lengua Española llamó la atención sobre que hombres y mujeres pertenecíamos a un mismo género: el humano, y que mujeres y hombres estábamos separados por sexos: el femenino y el masculino, y que otra cosa son los géneros gramaticales, que existen seis: masculino, femenino, neutro, común, ambiguo y epiceno, pues a pesar de eso, el pueblo hace el lenguaje y, con error o sin error, nacen palabras nuevas, y esta de «género» define un montón de cosas y situaciones y niega otras. Ejemplo: si un fulano asesina a su pareja, es violencia de género; si el mismo fulano mata a su suegra y a su cuñada, no es violencia de género; si una fulana le corta el cuello a su novio, como el otro día aquí en Murcia, no es violencia de género. Es lo que tiene el «género».
Otro ejemplo es la aplicación del término: «emancipación». Dieron en usar esa palabra para hablar de los jóvenes, y los no tan jóvenes, que a los veintitantos o treinta y tantos continuaban tan a gustito en el hogar familiar. Pero eso está mal dicho, porque emanciparse es librarse de la patria potestad, y un tío carlanco que ya superó con creces la mayoría de edad no está sujeto a ningún poder materno o paterno; ése lo que tiene que hacer es independizarse, largarse, que no es lo mismo. La emancipación legal se produce, además de por el cumplimiento de la mayoría de edad, por matrimonio del menor (el Código Civil permite casarse hasta de quince años con permiso del juez), o también por autorización judicial al menor que pida emanciparse.
Cosa parecida ocurre con la toponimia, a sea, con los nombres de algunos lugares; que la gente empieza a denominarlos erróneamente y por tal se quedan, hasta que el nuevo nombre adquiere incluso carácter oficial. En Cieza tenemos varios ejemplos: Uno de ellos es el llamado «Canal del Mayorajo». Esto es una obra de canalización de aguas que existía en el extremo occidental de la Sierra Larga, cerca del límite del término municipal de Jumilla, y que al parecer mandó construir a principios del siglo XX el famoso «Mayorajo» de Ascoy. Pues bien, como por los años sesenta se concedió a diversas empresas explotar el acuífero subterráneo de la Sierra de Ascoy (hasta su esquilmación, ¡qué pena!), a cambio debían ceder cierto caudal de agua para abastecimiento humano de nuestra población. Así que construyeron un canal faldeando las laderas y barrancos de dicha sierra hasta los depósitos que hay encima del Buho. Pues bien, en cierto momento posterior, a alguien que le sonaba eso de «Mayorajo», empezó a aplicar ese nombre a este canal, que ahora está en desuso, de tal forma que en el Plan General de Ordenación Urbana del ayuntamiento, lo han denominado así: «Canal del Mayorajo». Pero no es cierto. Yo tengo mapas antiguos y viene perfectamente señalado aquel canal que he mentado al principio, que conduciría aguas hasta las inmediaciones del Castillo del Mayorajo (en el paraje de la Fuente del Peral), que no tiene que ver nada con este de los años sesenta, construido posiblemente por la compañía NEASA, que fue la que dejó seco el inmenso acuífero subterráneo de Ascoy.
Otra cosa; los consorcios son entidades jurídicas participadas por dos o más administraciones públicas, y, hace unos años, se creó el «Consorcio del Desfiladero de Almadenes», formado por la Comunidad Autónoma, el ayuntamiento de Cieza y el de Calasparra. ¿Qué pasa con ese nombre? Que el de los Almadenes no es un «desfiladero», sino un «cañón». Un desfiladero es un paso angosto entre montañas por donde transita una carretera, camino, vía férrea, sendero, etc. (Un desfiladero famoso es el de «La Ermida», en Cantabria: por su fondo discurre, además del río Deva, la carretera para llegar a Potes desde la costa.) ¿Hay algún tipo de paso construido por el hombre a través del Cañón de de Almadenes? No señor. Pues está mal aplicada la palabra desfiladero.
Y ya para terminar, en la Sierra del Oro hay un pequeño collado entre cimas, que desde antiguo era utilizado para «saltar» la sierra en dirección al Campo de Ricote o, al revés: para venir los ricoteños a Cieza. A este lugar siempre se le ha llamado «Collao del Portajo» (despectivo de puerto, de montaña). Recuerdo una pandilla de zagalones del Campo de Ricote, que en Viernes Santo saltaron la Sierra del Oro por el Collao del Portajo, puestos de limpio, para venir a Cieza a ver las procesiones. También por este Collao del Portajo, y en los tiempos convulsos de la Guerra, tuvo que escapar hacia Ricote una pobre madre ciezana con dos niños pequeños, cuando huía de los «escopeteros del matarile», que persiguieron su rastro hasta la Casa del Madroñal y mi abuelo, con las tripas revueltas, tuvo que jurarles que «por allí no había pasado» (eran tiempos malos en los que solo había que echar a alguien el sambenito de «fascista» e ir a por él en cualquier momento para darle «el paseo»).
me encanto
ResponderEliminarMuchas gracias.
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